Verticidad de la obra.
Envuelve en un ambiente de novela policiaca donde por una
serie de homicidios se desencadena la trama llena de acción, donde los
personajes principales hacen hasta lo imposible para atrapar al asesino, que
reta al sistema de justicia, por frase o firma (yo mato) en sus múltiples
homicidios. Marcada por la intriga, el secreto y el suspenso en que se desarrollaba la trama.
También está marcada la obra por una carga de
sentimentalismo de los distintos personajes, un sentimentalismo vinculante con
el lector.
Pierrot
era una especie de mascota de la radio.
Tenía veintidós años pero el cerebro de un niño. Era un poco más de lo común,
tenía la cara redonda y los cabellos lacios. A Jean Loup le daba la cómica
impresión que el muchacho sonreía constantemente a través de una piña. Pirrot era el ser vivo
más incorruptible que existía sobre la faz de la tierra. Tenía el don, que solo
poseen ciertas personas simples, de
inspirar simpatía a primera vista y demostrarla solo a aquellos a quienes
juzgaba que la merecían. Y sus instintos fallaban muy rara la vez (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 8) .
Pierrot tenía una capacidad de memoria impresionante a
pesar de su discapacidad, era una mega fan de la música, ya era conocido por la
mayoría de los que integraban la radio,
Jean decidió unirlo al grupo ya que contaba con la capacidad para hacerlo, la madre de Pierrot se sorprendió y
se alegró a la vez al ver que su hijo iba a trabajar en los que más le gustaba
la música.
Durante
el programa se recibió una llamada se mostrara uno de los fragmentos más
importantes de esta Jean ¿Quién Habla?
Del otro de la línea hubo un momento de vacilación. Después llego la respuesta,
casi un soplo en su reverberación antinatural. Interlocutor no tiene
importancia soy uno y ninguno, es una pena, porque ahora, en este preciso momento,
tú y yo somos iguales, somos el mismo. Jean ¿Qué haces, de noche, para curar tu
mal? Yo mato. (Faletti, Yo Mato, 2005, págs. 13-15) .
Esta
conversación es una prueba o mejor dicho una confesión del asesino, que en ese
momento no tuvo ningún sentido hasta se llegó a tomar como una broma, pero esta
conversación si dejo una gran intriga en Jean, más cuando después se encuentran
los dos cuerpos mutilados en barco y al
saber que decía el letrero con sangre
dejado por el asesino Yo mato, la vos del interlocutor sonaba muy
segura, pero se encucaba sofocada no parecía bromear de cierta quería anticipar o publicar su inicio
de su carrera criminal que mejor que hacerlo en la radio, de cierta forma el
resultado iba a ser la fama.
Espera
ardientemente que la joven no tema enfrentarse con el agua fría y sucumba a la
tentación de un baño de mar bajo la luna llena. Como si hubiera leído su
pensamiento, la muchacha se da la vuelta, comienza a bajar los peldaños y se
desliza con suavidad en el agua; se estremece al contacto del mar frío, que le
pone la carne de gallina y le endurece agradablemente los pezones. Se aleja del
barco nadando sin prisa, mar adentro, del lado opuesto al que se halla al
acecho la figura con el mono negro. El movimiento silencioso con que el hombre
se sumerge en el agua tiene la siniestra agilidad del predador que juega con su
presa desprevenida, un juego cruel en el que siempre se apuesta a la muerte.
El cuerpo de Jochen se agita con un estremecimiento
cuando la hoja penetra entre las costillas y le traspasa el corazón. Nota en la
boca el sabor de su propia sangre y muere mientras en sus ojos se refleja la
sonrisa gélida de la luna. El hombre sigue haciendo presión con el cuchillo
hasta que el cuerpo de Jochen se convierte en un peso muerto entre sus brazos.
Solo entonces afloja la mano y sostiene a su víctima por las axilas para
amortiguar la caída sobre el puente. Se detiene un instante a contemplar los
dos cuerpos sin vida a sus pies, mientras respira despacio para calmar su
jadeo. Después agarra el cadáver del hombre por los brazos y comienza a
trasladarlo a la cabina. (Faletti, Yo Mato, 2005, págs. 22-24) .
Es
el primer asesinato pero igual y no estaba planeado pero se presentó la ocasión
y no la desaprovecho, aunque se puede ver que existió arrepentimiento al ver el
cuerpo de aquella chica indefenso, además la forma de acariciarlo fue de
lastima, pero solo fue por un instante, en cambio la forma de como mato al
hombre fue de una forma cobarde por la espalda, impidiéndole que el viera la
cara.
No
hubo respuesta. Roger saltó del puente del Baglietto a la proa del Forever,
mientras una pequeña multitud de curiosos se reunía en el muelle. Cuando alcanzó
la popa vio algo que le dejó perplejo. La barra del timón estaba bloqueada.
Alguien la había trabado con un bichero, firmemente sujeto con una cuerda. Un
rastro rojizo salía del puente y bajaba por la escalerilla que conducía a la
cabina. Había algo extraño y siniestro en todo aquello, y Roger sintió frío en
el estómago. Bajó con lentitud la escalera, siguiendo la línea, que terminaba
en un charco más oscuro al pie de la mesa. A Roger se le puso la carne de
gallina cuando se dio cuenta de que era sangre. Se acercó, con las piernas
temblorosas. Sobre la mesa, alguien había escrito dos palabras con sangre: «Yo
mato...» (Faletti, Yo
Mato, 2005, pág. 25)
Esta es una evidencia que se trataba de la mima persona
que había hablado a la radio por la
leyenda que dejo en la escena del crimen
«Yo mato...» lo más escalofriante es como la escribió con la sangre de
sus víctimas.
La
habitación es rectangular y bastante amplia. La pared de la izquierda está
ocupada por entero por la estantería llena de aparatos electrónicos. Hay un
equipo completo de grabación, compuesta por dos unidades Alesis de ochos pistas
conectadas a un ordenados Macintosh. La instalación está formada por diversas
máquinas para la manipulación del sonido, montadas en cascada a la derecha de
la pared: compresores, filtos Focus Rite y Pro Tools, algunos racks de efectos
musicales Roland y Korg. Y un escáner, con el que se puede captar
comunicaciones de radio de todas las frecuencias, incluida la de la policía (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 36)
El tipo es una persona organizada, el cual utiliza
ciertos aparatos para llegar a su cometido y no se den cuenta de quién es esta
persona debido a que está cerca de ellos, es tan meticuloso que cada uno de los
aparatos que tiene en su habitación tienen un fin n especifico. Le gusta
escuchar la radio y todas las frecuencias que sus aparatos captan para estar al
pendiente de lo que fuera de esa morada pasa.
Sus víctimas son personas que son reconocidas por la
multitud que han aportado algo con importancia para los demás para que estos
causen gran polémica en las investigaciones que se lleven y que la prensa este
investigando lo que pasa para que él también se entere si están cerca o cada
vez más lejos de saber quién es.
Estamos
esperando los resultados de la autopsia y los informes de la brigada
científica, aunque al parecer serán poco o nada significativos. Los expertos
han registrado el barco centímetro a centímetro, y no ha aparecido nada. Hemos
hecho el análisis caligráfico de la inscripción de la mesa, pero tampoco
tenemos resultados de momento. (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 38) .
El asesino es una persona metódica que no deja rastro
alguno en las escenas del crimen o del hallazgo, utiliza maneras diferentes para
liquidar a sus víctimas, utilizando medios diferentes, impidiendo que se
analicen los indicios que se localizan como lo son el análisis caligráfico de
la escritura hallada debido a que no lo escribió con puño y letra si no que lo
realizo con una plantilla.
En
este caso, la persona que llamo por teléfono hizo pasar su voz por un aparato
dotado de filtros que, gracias a una serie de distorsiones y compresiones del
sonido, mezcla las frecuencias de las emisiones vocales y las altera por
completo. Basta variar ligeramente los valores de uno de los filtros para
obtener un gráfico completamente distinto cada vez (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 48) .
Las llamadas que
el asesino hace a la radio Montecarlo son premeditadas ya que hace que su voz
se distorsione utilizando los aparatos que tiene en su habitación, al igual
para que la llamada no sea rastreada, en dichas llamadas se muestra como una
persona con una furia interior, explosivo, pero con una inteligencia que hace
que sus delitos sean “perfectos”, habla con tanto odio que pareciera que el
mundo hace lo contrario a lo que él desea.
Las llamadas que realiza las hace con la finalidad de
dejar alguna pista que las personas que están investigando deben de analizar para
poder saber quién será la próxima víctima, pero por más medios que utilizan
para dar con este sujeto no logran descifrarlo hasta que la víctima ya ha sido
ejecutada.
El
hombre se dirige hacia la cama, se quita la camiseta negra que lleva y la
arroja sobre una banqueta apoyada contra la escritura de hierro de la cama.
Continúa desvistiéndose hasta quedar desnudo. Desliza el cuerpo atlético entre
las sábanas, apoya la cabeza en la almohada y permanece tendido boca arriba
mirando el techo, en la misma posición que el cuerpo tendido en el ataúd
iluminado.
…
En el silencio sepulcral, el hombre vivo se hunde en un sueño sin sueño, como
el de los muertos (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 87) .
El asesino serial
tiene una parafilia ya que siempre tenía la impresión de alargar la vida de un
cadáver, cuidando de cada detalle. Sin embargo ciertas personas
inconscientemente crean esa situación como la necesidad de tener compañía o
bien se siente culpable por su pasado, es decir
no encuentra la forma en como relacionarse con las demás personas.
-Señor
Bedon, o bien no lee su correo electrónico o bien tiene poca confianza en el
tío de America…
El
asombro de Laurent se podía leer en su rostro. Ahora se explica el mensaje que
había encontrado en el ordenador. Pero debía haber otra explicación. Desde
luego aquel hombre no le había salvado el culo para desaparecer enseguida,
después de haber trazado una Z en la pared, como el Zorro.
-Me
llamo Ryan Mosse y soy estadounidense. Tengo una propuesta que hacerle. Muy,
muy ventajosa para usted desde el punto de vista económico.
Lauren
lo miro un instante sin hablar. Le gusto la forma en que había subrayado las
palabras <<muy ventajosa desde el punto de vista económico>>. De
pronto el estomago dejo de molestarle. Se irguió, respirando hondo por la
nariz. Sintió que su cara recuperaba poco a poco de color (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 122) .
Todos los problemas tienen una solución, aun cuando esta
sea muy difícil. Las personas consideran que los problemas siempre se inicia
con lo económico, esto a razón de que dependemos del capital el cual nos
novemos con ello. Se crea una situación inmersa hacia el suicidio como única
solución, sin antes intentar algo por poder solución parcialmente el problema.
Y ante una solución de arreglar lo económico sin que nos cueste suena algo que
se puede cumplir sin dejar algo de por medio en cuestión monetaria.
-Yo
no soy el destino. Yo soy uno y ninguno, peros soy fácil de entender. Cuando el
que me ve comprueba quien soy, en una fracción de segundo resuelve esa
pregunta: sabes cuándo y en dónde. Yo soy la respuesta. Para él, yo significo
<<ahora>>. Para él, significo <<aquí>>.
…Nada.
Imposible. Ninguna señal enganchadle. Pico dice que el individuo debe de ser un
auténtico fenómeno. No ha logrado ver nada. Si viene de la web, la señal está
bien enmascarada que nuestros aparatos no consiguen distinguirlas. Esa escoria
nos ha engañado otra vez (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 130) .
Cuando se ataca mal un problema insignificante, es decir
de lo más simple solemos equivocarnos. Cuando alguien suele determinar a las
personas por la capacidad intelectual nos dejamos llevar por lo fácil que este
puede solucionarlo, sin embargo lo insignificante nos cuesta por entender de
este modo no todo lo que vemos aparenta ser algo útil. Consecuentemente apodemos
aprender de todos sin importar el C.I. que tengan, en algún momentos tendremos
erros, pero son problemas que se pueden solucionar.
Ya
han muerto cinco personas. Cuatro, atrozmente desfiguradas. Y nosotros no hemos
hecho un buen papel, porque no tenemos la menor idea de quién pueda ser el
asesino ni de qué hacer para detenerlo. Aparte de ciertos indicios que nos ha
proporcionado por su propia voluntad, este loco de atar no ha dejado ni el
menor rastro… (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 164) .
La
idea de tener al asesino se vuelve solo eso una idea, en el cual los
investigadores se atenúan a indagar las ideas que se ven tras fondo en el
pensamiento de los actos que se han dejado un rastro, el cual delibera
incógnitas y se muestran propuestas o generan hipótesis sobre como sobre
resolver el caso en yo mato.
“…
la astucia del asesino al que perseguimos parece sobrehumana. Hasta ahora no ha
cometido i un solo error. Y eso que ha hecho muchos movimientos, y en un
territorio pequeño y bien vigilado por un excelente control policial…” (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 171) .
Se
tiene un plan adecuado a la captura de un asesino serial, planificando una
estrategia general geográfico del posible lugar en donde se localiza, la
policía se encuadra a sus estrategias
el único método será tener paciencia y resolver un captura exitosa.
“Tranquilícese, Robert. No le traigo malas noticias, ni
para usted ni para su padre. Tal vez le resulte extraño, pero sepa que esa
tienda podría ser la clave de una investigación importante. Solo necesito
encontrar a su padre y hacerle unas preguntas, si es posible”. (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 181) .
Era una entrevista
clave para poder dar con el asesino, poder tener pruebas en su contra, aun no
se tenía la certeza de quien era el
verdadero asesino, aunque si se desconcertó Robert , no se explicaba cuál era
la relación que tenía el asesino con su padre.
Doctor
Durand, soy perfectamente consciente de que mi presencia aquí le resulta
difícil de soportar. Pero quiero coger a ese asesino más que cualquier otra
cosa en el mundo. Por mil motivos, uno de los cuales es una deuda con mi amigo
Nicolás Hulot. Lo que usted me permita o no me permita me es completamente
indiferente. En otras circunstancias, le garantizo que haría que se tragara
toda su autoridad, junto con los dientes. (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 205) .
Desde el comienzo de la investigación eran muchos los
interesados es dar con el verdadero asesino, en el trascurso de la investigación surgieron más interesados en la investigación,
se sentía comprometido con la investigación de cierta forma era como para hacer
justicia por su amigo Hulot.
“Si
había visto bien, aquella historia concluiría exactamente donde había
comenzado. Llegaba el fin de la caza de las sombras sin rostro. Ahora era el
tiempo de la caza de los hombres que, como tales, tenía un rostro” (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 210) .
Los elementos encontrados daban la esperanza de la
resolución de los asesinatos, pero el caso se complicaba a cada paso, la
información conducía a los investigadores a nuevas pistas que aparentemente
culminarían con la captura del asesino, se sentían en un callejón sin salida en
donde cualquier cosa que apuntara hacia el asesino parecía un respiro de
esperanza que se perdían cuando no llegaban al objetivo esperado. No esperaban
que el asesino, les ocasionara tantos problemas, que se produjeran tantas vertientes,
que su capacidad fuera puesta a prueba en este caso y no parecieran
profesionales, sino, más bien aficionados, su reputación estaba puesta a prueba
y no podían rendirse solo porque un caso se complicara en su resolución
“Si bien sus primeros crímenes obedecían a esquemas
dementes pero coherentes, ahora se sentía acorralado, por lo que cualquiera que
cruzara en su camino pasaba a ser un enemigo” (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 229) .
La evolución del asesino fue en notable escalada puesto
que los asesinatos se tornaron más brutales y
sangrientos en cada uno de ellos. Los primeros asesinatos eran más
cuidado, más metódicos, se podrían considerar obsesivos, organizados que
requerían necesariamente de un elevado proceso de trabajo intelectivo que
rebasaba al de una persona promedio, se tomaba tantas molestias para eliminar
la posibilidad de dejar indicios
aprovechables con los cuales pudieran capturarlo, siendo este el principal
obstáculo para la policía que no podía seguirle el paso y meno capturarlo.
Al avanzar en su carrera
y aumentar la brutalidad de sus actos, también descuidaba la limpieza de
la escena, como si inconscientemente quisiera ser encontrado, lanzando un
reto a quienes lo perseguían.
Nada
de charlas inútiles. No necesito que me hablen. Necesito que me escuchen. Si me
interrumpes corto la comunicación…Nada ha cambiado. Yo soy uno y ninguno, y
nada podrá detenerme. Por eso es inútil hablar conmigo. Todo sigue como antes.
La luna y los perros. Los perros y la luna. Solo la música no volverá. Yo
todavía sigo aquí, y sabes muy bien lo que hago. Yo mato… (Faletti, Yo
Mato, 2005, pág. 231) .
El sujeto quería mantener el control total de la
situación, quería que hicieran lo que a él se le antojaba que hicieran, quería
ser el centro de atención, que todos admiraran su trabajo, su grandiosa obra,
quería ser reconocido. Él quería intimidar transmitiendo una imagen autoritaria
en todos aquellos que lo perseguían, pero también en toda la sociedad a través
de la forma en que era manejada la información de los asesinatos por las
corporaciones policiacas involucradas y los medios de comunicación.
Sintió que crecía en su interior una furia gigantesca,
alimentada por una sensación de profunda frustración por todas las victimas de
aquel hombre, jean- loup, ninguno o quien fuera. Una furia que le permitiría
coger ese batiente de penal con las manos desnudas y abrirlo como si fuera de
papel, para agarrar luego por el cuello al hombre que se ocultaba detrás y… (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 264)
La frustración presente en los investigadores se hacía
notoria conforme avanzaran las investigaciones y los asesinatos, pero ellos,
permanecían inmersos en la imposibilidad de resolverlos, mientras él se burlaba
de todos en sus caras, en ellos crecía rabia hacia el asesino, por los crímenes
y problemas que ocasionaba su búsqueda y captura.
En
aquella ceguera total, acudió a su mente un famoso pasaje de la Ilíada, la
oración de
Ayax. La había estudiado en el colegio,
hacía un millón de años. Los troyanos y los aqueos combatían cerca de las naves
y Zeus envió niebla para ofuscar la vista de los griegos, que estaban
sucumbiendo. Entonces Ayax elevó una oración al padre de todos los dioses, una
oración afligida, no para conseguir la salvación sino para poder ir hacia la
oscuridad de la muerte en la luz del sol. Frank recordaba aún las palabras con
que su héroe preferido concluía su plegaria (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 281)
El autor mete partes de creencias y mitologías en las
cuales busca el apoyo y la justificación mediante sus creencias y conocimientos
en este caso al encontrarse el agente Frank frente al asesino y a una necesidad
humana, la cual busca una satisfactoria idea de lo mítico religioso.
La
captura de Jean-Loup y el fin de la pesadilla habían sumido a los hombres de la
Süreté Publique de Montecarlo en una especie de anticipada celebración
navideña. Aunque no había guirnaldas ni adornos ni brindis, porque todos los
muertos que ese hombre había dejado en el camino prohibían todo tipo de
festejo. Aun así, verlo llegar esposado a la central había sido para todos, en
pleno verano, como un hermoso regalo encontrado bajo el árbol. Si alguien pensó
que Nicolás Hulot no se encontraba allí para compartir aquel momento, se lo
guardó para sí. El hecho de haberlo detenido gracias a una genial intuición de
Frank, sumado a que lo hubiera capturado él solo, sin ayuda de nadie, había
aumentado en grado sumo la estima general en que le tenía la policía monegasca,
o bien la había despertado entre aquellos que hasta entonces no habían creído
en él. Frank sonrió cuando había que sonreír, estrechó las manos que le
tendían, recibió las felicitaciones y formó parte de una alegría que solo
compartía en parte. Se sumó a la atmósfera general de triunfo, ya que no
deseaba ser un aguafiestas, el único hombre que no sonríe en la foto (Faletti, Yo Mato, 2005, pág. 288) .
Al detenerlo el asesino coloca la ideología de rastro
novelístico el cual gozaba de un cierto criterio de estar colocada entre la
postura del romanticismo sin salir de ahí después una serie trágica de
acontecimientos, Frank ha logrado atrapar a el asesino jean.
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